Hoy en día, aunque muchas personas consumen suficientes calorías, sus dietas no cubren adecuadamente las necesidades nutricionales. Esto ha provocado un aumento en las deficiencias de micronutrientes, es decir, la falta de vitaminas y minerales esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo.
De este modo, los alimentos ultraprocesados, cargados de azúcares y grasas saturadas, han desplazado a opciones más nutritivas como las frutas, verduras, cereales integrales y proteínas de calidad.
Este cambio en los hábitos alimenticios, influenciados por el estilo de vida occidental al que pertenece Chile, ha ocasionado un aumento en las deficiencias de micronutrientes, es decir, la falta de vitaminas y minerales esenciales para el organismo.
¿Por qué son importantes los micronutrientes?
Los micronutrientes son vitaminas y minerales que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades, pero que son esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Sin embargo, el estilo de vida moderno, con más comida rápida y menos alimentos frescos, genera carencias en nutrientes importantes como:
- Vitamina D: Fundamental para los huesos y el sistema inmune.
- Magnesio: Necesario para la función muscular y nerviosa.
- Hierro: Vital para el transporte de oxígeno en el cuerpo.
- Calcio: Importante para la salud ósea y el funcionamiento de músculos y corazón.
- Vitaminas del complejo B: Clave para obtener energía de los alimentos y el bienestar mental.
A pesar de que estas deficiencias de micronutrientes suelen pasar desapercibidas, con el tiempo pueden afectar a tu salud, causando desde cansancio hasta un sistema inmunológico debilitado.
Obesidad y deficiencias de micronutrientes
Sorprendentemente, las personas con sobrepeso u obesidad también suelen sufrir deficiencias de micronutrientes. Aunque pueden consumir muchas calorías, la baja calidad de los alimentos provoca déficit nutricional. Además, el exceso de grasa corporal puede dificultar el uso adecuado de algunos micronutrientes como la vitamina D.
Micronutrientes y niveles de energía
Para que el cuerpo funcione correctamente y tenga energía, es esencial contar con una variedad de vitaminas y minerales.
Los micronutrientes actúan como catalizadores clave en las reacciones bioquímicas que transforman los alimentos en energía. Cuando estos nutrientes son escasos, pueden aparecer síntomas como fatiga, falta de concentración y un bajo rendimiento tanto físico como mental.
Algunos de los principales micronutrientes involucrados en la producción de energía son:
- Vitaminas del complejo B (B1, B2, B3, B6, B12): Estas vitaminas participan directamente en la conversión de carbohidratos, grasas y proteínas en energía. Su déficit puede llevar a una sensación de cansancio generalizado.
- Hierro: Es esencial para transportar oxígeno a las células. Cuando hay una deficiencia de hierro, los tejidos no reciben suficiente oxígeno, lo que puede provocar fatiga.
- Magnesio: Este mineral participa en múltiples reacciones bioquímicas, muchas están relacionadas con la producción de energía. Las personas con deficiencia de magnesio pueden sentirse débiles y fatigadas.
- Vitamina D: Aparte de su papel en la salud ósea, la vitamina D también es importante para optimizar el funcionamiento del sistema inmune y nuestros niveles de energía.
El equilibrio de estos micronutrientes es clave para mantener los procesos bioquímicos que influyen en nuestra vitalidad y energía, ayudando a disminuir la fatiga que muchas personas experimentan a diario.
Además, es importante destacar que el consumo adecuado de estos nutrientes puede provenir no solo de los alimentos, sino también de suplementos multivitamínicos que pueden ser valiosos para aquellos que no logran satisfacer sus necesidades diarias a través de la dieta, previniendo así las deficiencias de micronutrientes.
Cómo evitar deficiencias de micronutrientes
La mejor manera de prevenir estas deficiencias de micronutrientes es adoptar una dieta balanceada y variada, rica en alimentos naturales y mínimamente procesados. Estas son algunas recomendaciones:
- Come una amplia variedad de frutas y verduras: son las principales fuentes de vitaminas y minerales. Intenta incorporar diferentes colores en tus comidas para asegurar una mayor diversidad de nutrientes.
- Incluye proteínas de calidad como pescado, huevos, legumbres o carnes magras que son ricas en hierro, zinc y vitaminas del grupo B.
- Elige cereales integrales en lugar de refinados: la avena, la quinoa o el arroz integral, entre otros cereales, aportan fibra, magnesio y vitamina B.
- Añade grasas saludables como las del aceite de oliva, aceitunas, palta o los frutos secos, ya que facilitan la absorción de vitaminas liposolubles como la A, D, E y K.
¿Te resulta complicado mantener una dieta nutricional equilibrada?
Como se mencionó anteriormente, los suplementos multivitamínicos pueden ser una opción útil. Sin embargo, siempre consulta a un profesional antes de tomar suplementos.
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